domingo, 28 de diciembre de 2014

El tiempo, el implacable, el que pasó... siempre una huella triste nos dejó

Alegoría del tiempo de Tiziano
525 600 minutos
525 600 momentos de luz
¿Cómo podemos medir un año?
¿En días? ¿En tardes? 
¿En platicas de media noche?
¿En besos, temores, risa y dolor?
¿Con qué medimos un año que se fue? 


¿Solo con amor? Tan solo amor... ciclos de amor.
Mil tareas que planear…
¿Cómo podemos medir una vida que se va?
En cuánto aprendió, cuánto lloró, cuánto perdió y cómo murió…
Celebremos unidos en honor a la amistad, con amor por un año mas.
¿Sólo con amor? Tan solo amor… ciclos de amor.
525 600 minutos. 
(RENT, fragmento, Seasons of Love)

El gran José Gaos decía que el tiempo es una exclusiva del hombre, pero no el tiempo en cuanto a su paso, sino la conciencia del mismo, se vuelve algo propio del hombre. El tiempo es exclusiva humana. Pero no todos los humanos tienen ese grado de conciencia, porque vegetan en la animalidad sin conciencia del tiempo y no se vuelven sujetos ni señores-señoras del mismo. Estamos por empezar el año 2015 del calendario gregoriano, pero veremos que el calendario como uso del tiempo es propio del ser humano y su actividad cultural.

1. El calendario. historia...
El calendario es el sistema que usamos para marcar el tiempo en años, meses, semanas  y días.  La palabra “calendario” viene del latín calendarium, que era como los romanos le decían a los libros de contabilidad.  Calendarium viene de Kalendae o sea calendas. Los romanos median el tiempo en ciclos lunares. Calenda era el primer día del mes (luna nueva ) y era cuando uno tenía que pagar sus cuentas. Todo el mundo le tenía terror a las calendas, ya que ese día llegaba el cobrador con su librito (calendarium) a cobrar. Los romanos en la noche miraban a la luna y decían algo así: ante diem sextum kalendas, o sea “seis días antes de la calenda”. De ahí la abreviatura a.d. (ante diem o sea “dia antes”).
Calenda además viene del verbo calare que significa “gritar” o “llamar”, que era lo que hacían las personas cuando venían a cobrar.

Las divisiones del calendario se basan en los movimientos de la Tierra y las apariciones regulares del Sol y la Luna. Un día es el tiempo medio necesario para una rotación de la Tierra sobre su eje. La medición de un año se basa en una rotación de la Tierra alrededor del Sol y se llama año estacional, tropical o solar. Un año solar contiene 365 días, 5 h, 48 m, y 45,5 s. Un mes se calculaba inicialmente por los pueblos antiguos como el tiempo entre dos Lunas llenas, o el número de días necesarios para que la Luna circunde la Tierra (29,5 días). Esta medición, llamada mes lunar o sinódico, daba lugar a un año lunar de 354 días, 11 días más corto que un año solar. Sin embargo, en los calendarios modernos el número de días de un mes no está basado en las fases de la Luna. La duración de los meses es aproximadamente una duodécima parte de un año (28 a 31 días) y se ajusta para encajar los 12 meses en un año solar.

La semana procedía de la tradición judeocristiana que disponía descansar del trabajo cada siete días. No está basada en fenómenos naturales. Los romanos dieron nombre a los días de la semana en honor del Sol, la Luna y varios planetas.
Las variaciones entre los muchos calendarios en uso desde los tiempos antiguos a los modernos han sido debidas a la inexactitud de los primeros cálculos de la duración del año, junto con el hecho de que un año no puede ser dividido exactamente por ninguna de las demás unidades de tiempo: días, semanas o meses. Los calendarios más antiguos basados en meses lunares dejaron con el tiempo de coincidir con las estaciones. Ocasionalmente había que intercalar o añadir un mes para conciliar los meses lunares con el año solar. Un calendario que periódicamente realiza ajustes de este tipo se llama calendario lunisolar.

Los primeros calendarios se basaron en movimientos de la Luna. Tras esto se probó que era inexacto cuando el hombre aprendió que la Tierra viajaba alrededor de su estrella. El Sol se convirtió en la base para el registro del tiempo ya que el año lunar no concordaba con el ciclo de la Tierra alrededor del Sol. Aunque siguen existiendo algunos calendarios que se usan en la actualidad que se basan en el ciclo de la Luna. Estos están normalmente bien arraigados en la tradición y serían difíciles de cambiar sin afectar la cultura; especialmente si estos envuelven una religión. El calendario Judío actual sigue basándose en los movimientos de la Luna que comienzan con el año de su creación, puesto en el 3 760 AC. El calendario Islámico también se basa en el satélite impactado de meteoritos de la Tierra.

Los Egipcios fueron los primeros en adoptar el Sol como una guía de referencia. El suyo es el descendiente lejano del calendario Gregoriano que usamos hoy. El mes se convirtió en una unidad arbitraria que fue previamente relacionada a los ciclos de la Luna. Los Egipcios usaban un año de 365 días. Se cree que adoptaron primero este calendario en el año 4 236 AC. Posteriormente la gente aprendió que la Tierra daba vueltas en un periodo de 365 días y aproximadamente un cuarto de día más girando alrededor del Sol. Los faraones y otros líderes hicieron varios intentos para alterar sus calendarios para reflejarlo pero fallaron fuera debido a tradición o a fallos de calculo de los astrónomos al que se asignó la tarea de mirar los movimientos del calendario. Seguidamente llegaron los Romanos. Al principio habían usado un sistema basado en la Luna que era muy complicado. Su exactitud era confiada al "Colegio de Pontífices" los cuales abusaron de este privilegio para su propio provecho. Por entonces Julio Cesar se hizo dictador virtual de Roma y el calendario estaba hecho un lío. En el 47 AC, él llamó al famoso astrónomo griego Sosigenes para intentar arreglar las cosas. Tras la sugerencia de Sosigenes, Cesar decidió adoptar el año solar como hicieron los Egipcios. El dio al año una duración de 365 días y un cuarto de día. Este cuarto de día era retenido durante 4 años y entonces se añadía como un "año bisiesto." Para honrar a Julio Cesar, el Senado cambio el nombre del mes Quintilis por Julius (Julio). Cesar también tuvo que hacer correcciones debido a errores en el viejo calendario. Los problemas no terminaron ahí, tras ser asesinado en el 44 A.C. los Pontífices a cargo del calendario decidieron insertar el año bisiesto cada tercer año en vez de cada cuarto año. Cuando Octavio Cesar Augusto entró en escena restauró el Año-bisiesto correcto en el 8 D.C. Como habrá podido adivinar, el Senado también honró este cambió renombrando el mes Sextilis por Augustus (Agosto). A este calendario se hace referencia como calendario Juliano, por razones obvias. En el año 321 DC el Emperador Constantino creó la semana de siete días olvidando el viejo sistema complicado de "calendarios" que desarrollaron los Romanos para hacer referencia a días dentro de un mes. En cuanto la tecnología estuvo disponible se descubrió que la verdadera duración del año Solar es de 365.242199 días, o 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. Esto significa que el calendario Juliano estaba retrasadísimo por aproximadamente 11 minutos. Tras unos pocos siglos este retraso pronto habría alcanzado varios días. De nuevo el calendario comenzó a depender de las estaciones.

En 1582 el Papa Gregorio XIII solicitó los servicios del matemático Cristobal Clavius y el astrónomo-físico Luigi Lilio Ghiraldi para corregir el error. Encontraron que el error alcanzaba 10 días. En Octubre de 1582 el calendario fue ajustado para arreglar el error. El día 4 fue seguido del 15 para perder los 10 días. Esto creó problemas a gente nacida el día 5 pero se hacía referencia a esas fechas bien usando los sistemas SV (Sistema Viejo) o SN (Sistema Nuevo). Entonces la regla del año bisiesto fue cambiada para evitar errores posteriores. Ahora cualquier año centurial (terminando en "00") solo sería bisiesto si era divisible por 400. Por lo tanto el 1600 fue un año bisiesto pero el 1700, 1800 y 1900 no lo fueron. Este se convirtió en el calendario "Gregoriano", que es el que usamos hoy.

Todos los países Católico Romanos adoptaron la reforma Gregoriana inmediatamente, pero otros fueron lentos en seguirlo. El Inglés no empezó a usarlo hasta 1752. El Francés siguió el Gregoriano desde el principio pero cambió en 1792 y volvió a él en 1805. Japón lo siguió en 1873, China 1912, Grecia 1924 y Turquía 1927. Rusia tuvo una experiencia similar a Francia durante la revolución Bolchevique pero volvió a él en 1940. Desde entonces unas pocas personas han estado insatisfechas con el calendario y han intentado reformas, pero un cambio significativo no pudo ser efectuado porque el mundo entero no puede ponerse de acuerdo en un nuevo sistema. En 1923, se escucharon 500 nuevas reformas en la Liga de Naciones. Dos nuevos calendarios emergieron como favoritos: El Calendario de Trece Meses y el Calendario Mundial. Pero estos no tuvieron una aceptación mayoritaria por las naciones debido a conflictos con fechas nacionalistas de importancia y la comunidad de los negocios dijo que podrían complicar las cosas. Hubo otros que estuvieron cerca pero son demasiados para hacer una lista. Así que parece que todavía conservaremos el calendario Gregoriano por el momento. Debe recordar por tanto que las fechas previas al 15 de Octubre de 1582 no pueden calcularse simplemente retrocediendo en el tiempo una cierta cantidad de días desde hoy. El tiempo no es lineal en este sentido debido a todos los cambios que se han realizado En nuestra vida cotidiana utilizamos invariablemente el calendario para llevar el registro del tiempo. Así por ejemplo el 21 de Julio de 1969 marca la llegada del hombre a la Luna mientras que el 25 de Diciembre es Navidad. Esta forma de marcar el paso del tiempo adolece de un defecto: es difícil comparar cuantos días han transcurrido entre dos acontecimientos, por ejemplo la llegada del hombre a la Luna y la última Navidad. Uno debe considerar cuántos años los separan y cuáles fueron bisiestos; cuántos meses y cuáles (cuántos febreros), cuántos días, etc... para finalmente llegar a saber cuantos días separan dos fechas. Cuando por fin llega uno a un resultado es mejor repetir la cuenta para checar si salió bien.

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