martes, 8 de marzo de 2022

Encuentros y desencuentros feministas


Hoy es 8 de marzo, día internacional de la mujer.

Esta conmemoración genera en mí sentimientos encontrados. Por una parte reconocer la importancia que tienen ellas en la conformación de lo que soy, las excelentes compañeras de vida y de proyectos. La lista es grande, muy grande que apabulla por su luminosidad de modo sincero y claro.  lluvia de estrellas.

Pero como varón rechazo la "buenaondita" de muchos que sin la menor crítica se suman a felicitar (aberrante) o a hacer suyas algunas expresiones que definitivamente no podemos aceptar. Solo señalaré las violentas, que para mi son formas de machismo introyectado y que he padecido.

El espacio donde me declaro afectado por la androginia (odio a los varones) es en el mundo académico y laboral.  Jamás dejaré de señalar al departamento de Historia de la Ibero, donde la directora y su séquito de amazonas impusieron su ideología y hoy tienen ese espacio convertido en gineceo académico que no aporta nada ni a la ciencia histórica, ni a la sociedad.  Otro es el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, sumergido en un marasmo similar por grupos feministas que se autoreciclan, amafian y no aportan como señalé tampoco nada. 

Luego los movimientos violentos feministas que en marzo de 2021 destruyeron la estación por donde accedo con dificultad para mi casa y que apenas la rehabilitaron, esperando que este año no quede hecha polvo en nombre de ellas. O la vez que invadieron los pasillos del metro con su absurda "mercadita" y que provocaron que con mi dificultad visual cayera de bruces sobre su mercancía.  Las odié y las sigo odiando porque representan violencia que en el estilo en qué lo ejercen es machismo.

¿Sirven de algo esas provocaciones? No creo, porque destruyendo, quemando, golpeando mujeres policías no han bajado una décima los índices de la violencia contra ellas.  Siguen aumentando las cifras de 3 niñas y adolescentes desaparecidas diarias y de 9 feminicidios diarios en México. Y el lugar donde se da eso es en la casa y la familia.

Ahi es donde debemos acabar con la violencia contra la mujer, en la familia y el hogar, donde el machismo es ejercido por el patriarcado y el matriarcado que es donde de verdad tienen que caer.  También nunca he visto a ningún colectivo feminista ir a Tlaxcala a quemar los prostíbulos ni casas de los grandes tratantes de mujeres, donde en un estado tan pequeño 48 municipios estén involucrados en ese comercio inhumano y no veo que se vaya a acabar. 

¡Viva el genio de la mujer! ¡ Muera el bestialismo feminista! ¡Abajo el patriarcado-matriarcado cultural!