Este 26 de diciembre de 2014 serán 13
semanas de la desaparición de los
estudiantes de Ayotzinapa. Pero hay también otros desaparecidos que se pierden
ante la magnitud de la tragedia.
Ayotzinapa marca un parteaguas en la vida de la nación y también en mi vida propia, pues muchas cosas quedaron hechas cenizas y en el fondo del basurero, tales como la figura presidencial, el político de raigambre nepotista y caciquil, la autoridad cínica que no da cuentas o el silencio cómplice y ambiguo que manda al olvido del tiempo la solución de sus inconsistencias. En Ayotzinapa fue el Estado el culpable, no porque lo ordenara directamente, sino porque se hace cómplice ocultando, soslayando, callando o posponiendo una palabra clara sobre los implicados que son en parte funcionarios públicos. Es lo que en la tradición cristiana se llamaba “pecado de omisión”. Aquí es culpabilidad por omisión.
De manera análoga
fue la institución eclesial, representada por el Arzobispo de Yucatán y el
equipo de gobierno de la Provincia de México de los Misioneros del Espíritu
Santo los que actuaron de manera similar. Yo fui Misionero del Espíritu Santo
hasta el pasado 6 de octubre, y estuve vinculado a ellos por treinta años, poco
más de la mitad de mi vida. Puedo decir
como Joaquín Sabina de España que la ve como madre, madrastra, cómplice y
Judas, mi sentimiento es muy parecido con respecto a la que fuera mi
Congregación: “más guapa que ninguna”, pero también madrastra, “la fruta que se
indigesta y mira pa otro lado”. O como Efraín Huerta en mis noches de insomnio
le hago mi declaración de amor y de odio profundo.
Motivos,
razones y errores quizá haya habido muchos de mi parte y quizá algunos muy
graves, pero creo que ninguno justifica este decreto de desaparición eclesial y
social al que han intentado condenarme con su silencio y su renuncia “por
motivos personales”.
Si, renuncie a
ellos porque no veo en ese espacio eclesial-social posibilidades para el
crecimiento, ni viabilidad para el futuro y no solo hablo del aspecto personal.
Así mismo sus dinámicas internas de ambigüedad, negación de la realidad, de
exclusión y de marginación interna, con el intento de extorsión que viví en
Mérida, solo desencadenaron un proceso que “ya se venía venir” o como me decía
un compañero: “cuídate, porque el día que tengas un resbalón, estos bailaran
sobre tu calavera hasta hacerla polvo”.
Y tal cual, eso es lo que hicieron los que actualmente dirigen esa
institución, sumados con el arzobispo de Yucatán.
Incapaces para
manejar una situación conflictiva optaron por encerrarse y desconectar su
comunicación con el mundo exterior, me prohibieron defenderme ante los
medios. Son tan aberrantes sus extensas
entrevistas por radio con motivo del centenario, que suenan huecas, porque cuando
debieron hacerlo no lo hicieron por cuidar su imagen de “buena onda” que ha
sido su pecado histórico. Es ficción el ambiente de familia que proponen vivir,
porque es ley no escrita que primero están las amigas y amigos que los hermanos
de comunidad. Pues en mi caso no intervine contra ese difamador y extorsionador
porque era amigo muy cercano de este hermano que no veo como puede predicar o
dirigir una Evangelización después del asesinato social que permitió. O el otro compañero que se llena la boca de
palabras piadosas, pero al mismo tiempo afirma que dormía pared por medio con
el demonio, porque bien sabía de sus inconsistencias, las cuales eran vistas
con paciencia. De ahí pasamos a un
obispo que es un pagano, donde el valor evangélico pasa a segundo término, idolatra
del dinero, la imagen y el poder. Y de los superiores de la congregación
religiosa, amantes de cuidar las formas y maestros en evadir el conflicto, que
prefieren la muerte a que se sepan las cosas, “nadando de muertito” para que la
ambigüedad y el tiempo superen. Yo
todavía no entiendo como pueden celebrar su centenario soslayando estos hechos.
Me da pena, porque en estos días mi reflexión me hace ver que su espacio de
maniobra es muy reducido y no veo posibilidades de que los Misioneros alcancen
a celebrar siquiera sus 120 años como están ahora.
Así pues a 13
semanas de Ayotzinapa y del mío personal ¿Cuál es el balance que hago?
Hay dos
ganadores, el pasquín yucateco que quiso extorsionar y difamar que solo gano ventas
de su porquería y que sigue impune destruyendo vida de personas. El otro es el
arzobispado de Yucatán que nunca hizo ningún proceso eclesial ni canónico a mi
persona apelando a que con “mi renuncia” el caso estaba cerrado, pero negándose
a aparecer en los medios.
Los perdedores
en primer lugar la comunidad eclesial de Francisco de Montejo junto con los
Misioneros que perdieron un creativo y trabajador sacerdote que amaba lo que
hacía. El resentido ex Misionero junto con su extorsionador, condenados a no
tener presencia social en Mérida. Y mi persona.
Pero los que
me conocen saben como soy. Con gran
gusto recibí comunicación formal la semana pasada de parte de la PGR que
investigó a fondo el caso junto con la fiscalía de delitos sexuales y la
policía cibernética. El resultado fue que hasta el día de hoy no hay delito que
perseguir.
Puedo asegurar
y reconozco que siempre me moví en el límite, el riesgo, lo marginal en muchas
cosas, pero delincuente no lo he sido jamás. Perdono de corazón al obispo de
Yucatán y a los Misioneros, pues se que los movió –o al menos así lo quiero
ver- la inexperiencia en el manejo de medios y situaciones complejas, el miedo
a perder o deteriorar su imagen y que sin desearlo no sabían que con su rudeza intentaban solucionar el problema,
sin saber que con eso me aniquilaban social y eclesialmente. Sobre todo el miedo y el terror los hizo cometer asesinato social.
Como dice Job
19:25: “Yo se que mi defensor (go`el, paraclito, padrino, valedor) vive y en el
día final se levantara del polvo”. Esa es mi esperanza, mi confianza y el motor que me ayuda a salir de esta
tragedia de la que no hay vuelta atrás. Sobre este asunto tan personal no
insistiré más, solo lo hago porque no puedo vivir condenado al silencio y exige
mi postura que lucha por no ser resentida.
animo!!!!!!
ResponderBorrarMuchas gracias!!!
BorrarSaludos, espero toda esta pesadilla se resuelva, me entero con dolor de todo esto, animo amigo
ResponderBorrarSaludos, espero toda esta pesadilla se resuelva, me entero con dolor de todo esto, animo amigo
ResponderBorrarSaludos cordiales desde el Mayab. Con aprecio Sergio
ResponderBorrar