jueves, 18 de diciembre de 2014

De Jacinto Canek a Ayotzinapa sin posibilidad de evolución

Tormento de Jacinto Canek

En el año de 1761 en el pueblo de Quistell del Yucatán hubo una rebelión indígena encabezada por Jacinto Cecilio Uk de los Santos Canek. Los motivos no están muy claros, pero las fuentes cada dia parecen indicar que lo que lo provocó fue la negativa del cura del lugar el padre Ruelas de reducir o rebajar el estipendio para celebrar la Eucaristìa. Jacinto se hizo portavoz y como ayer y hoy, el asustado cura incapaz de dialogar con su comunidad, opto por la graciosa huida a la ciudad de Mérida.

Ahí junto con su amigo el jesuita Martìn del Puerto, crearon una versiòn llena de parcialidad, digna de muchos medios amarillistas como los que hoy puluan en México.  O como otras "ya me cansé"  versiones. Esto provocò el terror de la mojigata sociedad yucateca, pues afirmaban que Canek se había proclamado rey de los Mayas y que había tomado la corona y el manto de la venerada imagen del pueblo para ese fin. Y que estaba dispuesto a matar a quien no le jurase vasallaje. Esto es algo que dudamos, conociendo el respeto que se tiene a lo sagrado de parte de los indigenas y en el caso de los mayas a la autoridad, sobre todo con tintes de sagrado como era el caso de la monarquía española en esa época.

El hecho es que el jefe político de la corona tomo medidas cautelares y decidió avanzar con la milicia rumbo a Quistell.  La población fue quemada totalmente, aquí si no virtualmente como en Cocula, y fue sembrada de sal para que nadie volviera a vivir en ese sitio; y en Mérida frente a su hermosa catedral, el 14 de diciembre, Canek fue ejecutado, para escarmiento de su raza. Sus huesos fueron rotos con un fierro candente y su carne arrancada con tenazas, posteriormente los restos se quemaron y las cenizas se esparcieron por el aire para que no alcanzara nunca la resurrección de los muertos.

El año 2014 con todos sus avances no dista mucho de lo anterior. El poder de los medios de comunicaciòn hace que sin juicio, ni proceso, muchos ciudadanos/as sean linchados mediáticamente y en las redes sociales, sometidos al escarnio, junto con sus familia, siendo reducidos a polvo social. Y como decìa un adagio latino sobre Roma, hoy podemos decir: Media locuta, causa veduta.  Es decir lo que dicen los medios es cosa juzgada. Y no les importa con tal de vender sus noticias deshacer la vida de los modernos Jacintos o Jacintas Canek sean estos de Guerrero, Yucatán, Michoacán, etc.

Vemos como impasiblemente y en silencio, personas pulverizadas por estos inmorales modernos pùlpitos mediáticos, donde papas y papisas ultradogmaticos, destruyen la vida de muchos, sin posibilidad de defensa o apelaciòn.  De la instituciòn eclesial mejor ni hablemos… muuuy atrasadita en el tema del manejo mediatico.



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